Por fin, una vez levantadas las restricciones de la pandemia de Covid-19, que nos ha tenido desde marzo del 2020 sin poder viajar, hemos podido realizar este bonito viaje, con parte de la cuadrilla, a Oporto. Para nosotros era repetido pero es una ciudad que siempre sorprende con algo nuevo para ver.
Con una compañía inmejorable, las risas y el buen rollo nos hicieron pasar muy buenos ratos. El tiempo soleado y la agradable temperatura sin duda ayudaron. Comimos bien, tanto de mesa y mantel, como de picoteo, con los ricos vinos portugueses. Por poner un pero, estaba tan petao de turistas que a veces era imposible encontrar mesa libre y el servicio tardaba bastante.
Hicimos una visita a Braga, ciudad que nos gusto mucho. Un poco mas tranquila que Oporto. Desde allí subimos al Santuario de Bom Jesús do Monte, con su escalera iniciática, llena de simbolismos.
Viernes 9 de octubre
Bajando las escaleras Dos Guindais.
Primera vista del puente de Don Luis I. Conecta Porto con Vila Nova de Gaia. Espectacular.
Tomamos una cerveza en una terraza, con estas vistas.
Y prontito a cenar, al borde del Duero y a la vista del Puente.
Las frioleras se aviaron con unas mantas.
Sábado 10 de octubre
Plaza dos Aliados. El centro de Porto
Librería Lello & Irmao. Petada como siempre.
Las entradas, por internet. 5 leuros.
En Bus Turístico, recorrido urbano y parada en...
Matosinhos, para ver la desembocadura del Duero, la playa, los restaurantes con barbacoas...
y el Homenaje a las mujeres de los marineros.
Y a comer...
A la tarde, paseo por Gaia para ver Porto desde la otra orilla.
El Half Rabbit de Bordalo. Hecho con desechos urbanos.
Tomamos unos Tawny y pedimos hora para la visita a la bodega Calem.
Y, con los deberes hechos... ¡¡¡ a cenar !!!
Bacalhao, por supuesto.
Dos amigos.
Y de copas por la zona de marcha.
Domingo 11 de octubre
Volvemos a Vila Nova de Gaia.
El puente de Don Luis I y los rabelos donde se transportaba el vino.
Ya en la Bodega de Calem.
Una cata con Tawnys de 10 años y maridaje con pastas.
Bonito carro
Esperando al barco para el recorrido por el Duero.
Ya embarcados
Tres de los seis puentes por los que pasamos; Sao Joao, María Pía de Eiffel y el del Infante.
Oporto desde el barco.
Y después de comer... arriba con el funicular dos Guindais.
Para ver la Catedral Se de Porto.
Cruzando a Gaia por el paso superior del puente Luis I.
¡¡¡A buena altura!!!
Para mí, la vista mas bonita de Oporto.
La juventud esperando la puesta de sol.
La Avda. Gustavo Eiffel.
Un mural de Frederico Draw.
Lunes 12 de octubre.
Lo primero una cervecita reparadora.
Luego paseo turístico.
Arco de la Puerta Nueva, del siglo XVIII. Neoclásico y Barroco.
Da paso al casco histórico.
Catedral de Sta. Mª de Braga. Siglo XI al XIII. Del Románico al Barroco.
Espectacular el órgano, a ambos lados de la nave central.
Detalle del altar.
Efecto relieve del suelo.
Figuras en las columnas.
Pila Bautismal.
Fachada principal de Santa María de Braga. Mas antigua que el propio país.
Una música ambulante.
Las chicas haciendo amigos.
Hay que comer que luego vamos de excursión.
A nuestra espalda el jardín de Santa Barbara.
Y ya al pie del Santuario del Bom Jesús do Monte. Esperando el funicular.
Tecnología de vanguardia.
Santuario del siglo XVIII. Barroco. Centro de peregrinaje portugués.
Con unas vistas de Braga impresionantes.
Varios edificios y jardines.
Curioso el retablo del altar mayor.
Una gruta. Bonita pero de pega.
El comienzo (o final) de las escaleras.
Un penitente.
Y empieza el descenso. Mejor que subiendo.
La famosa escalera zigzagueante. A cada lado una capilla con escenas de la pasión de Cristo.
En el centro, una fuente diferente para cada uno de los cinco sentidos.
Todo muy Barroco.
Al terminar un descanso.
De vuelta en Oporto para cenar, con unas vistas de Gaia preciosas.
Partiendo el queso.
El autor del Blogg.
Y despedida de Oporto.