Oporto - Lisboa Octubre 2019
Ya teníamos ganas de otra escapada con Lourdes y Angel. Esta vez, para visitar dos ciudades portuguesas, con mucho atractivo. El tiempo mayormente nublado y con algunos chubascos, que no nos impidieron ver lo que teníamos previsto.
Oporto muy coqueta, con el encanto que tienen las ciudades al borde de un río, casi mar. Muy cuidada y limpia, mucho ambiente tanto turístico como estudiantil. La comida excesiva, es difícil comer y cenar de restaurante el mismo día. El transporte, en metro o tren, muy cómodo. Y la gente superamable. Mantiene el encanto de lo antiguo pero con servicios modernos.
Lisboa, la capital, pues sigue como siempre pero mas turística. Quizá fue porque pillamos el puente pero el fin de semana estaba petada. Sobretodo mucho español. Sus tranvías, en especial el 28, le dan un colorido especial. El Barrio Alto, se ha llenado de pequeños restaurantes y tiendas de diseño, aunque el entorno es decadente, es el barrio de la marcha, con cervecerias y Wine´s Bar. De Pza. Restauradores a Pza. Rossio y por la Vía Augusta a Pza. Comercio, es el centro del turisteo de la ciudad. En la Avda. da Liberdade, la tiendas de las mejores marcas de moda. El barrio de Alfama sigue con el encanto de lo antiguo, pero cada vez mas turístico. La zona de Oriente, donde fue la Expo 98, pone el contrapunto de modernidad.
Belem y sus pasteis de nata a lado de los Jerónimos, Cascais y su puerto de mar y Sintra con el colorido Palacio da Pena, son visitas obligadas, muy cerca de Lisboa y en tren.
Con mas de 500 fotos es difícil hacer un resumen así que me perdonareis si os parecen muchas.
El tiempo... de todo, sol, nubes y chubascos.
La carretera, a veces, sobre el Duero.
Fachadas tradicionales.
La catedral, en una colina sobre el río.
Llegamos a la Ribeira del Douro.
Para navegar en un bonito rabelo de madera...
Recorriendo el río, para ver los seis puentes. Aquí el de Luis I.
Para pasear por la pasarela superior del puente Luis I.
Las vistas de Oporto, espectaculares.
En la otra orilla -Gaia- los barcos que transportaban las barricas.

Encontramos una sidreria basca, con pintxos y todo
Librería Lello & Irmao, donde no se rodó ninguna escena de Harry Potter.

Tiendas de bolinhos de bacalao, para tomar.
Famosas tiendas de latas de conservas decoradas. Hoy en día turistizadas.


Todavía queda algún tranvía antiguo.
Estacion de tren de Sao Bento, decorada con azulejos.
Bonita fachada, en la Rua das Flores.
Y por la tarde... visita y cata en la bodega Calem.
Oporto de noche, bien iluminado. Se respira tranquilidad a la orilla del río.

El Pelourinho de Porto, donde colgaban a los criminales y la Logia de la catedral da Sé.

El coro y el retablo del altar mayor.

Preciosa la estación de Rossio, de noche.
Cafe A Brasileira, visita obligada.
Plaza de Comercio, enorme, con buenas cervecerías en los soportales.
Mercado da Ribeira. Ahora reconvertido en centro gastronómico.
Ya en Belém, Monasterio de los Jerónimos. Mucha riqueza.
Puerta del monasterio y, en la orilla, monumento a los descubridores


Romántico, el Palacio Seixas.
Playa de los Pescadores y el moderno Hotel Baia.
Ya de vuelta, parada obligada en la Fabrica de Pastéis de Belém. Los originales.
¡Que estaban buenísimos!
Y después de cenar un chupito de Ginginha. (o sea Patxaran)
Desde donde vemos la Estación de Oriente, de Santiago Calatrava.
Vista hacia la orilla de río.
De camino, paramos en la estación de metro de Olaias. Preciosa


Colmados de laterío, como eran antiguamente.
Y volvemos a Lisboa, al elevador da Gloria, para ver el Barrio Alto.
Preciosa Panadería
Y, una joya de bar... El Pavilhao Chines. Con cientos de colecciones de todo tipo.


A la mañana siguiente, derechitos a Sintra. Con buen tiempo, menos mal.
El famoso Palacio da Pena, del siglo XIX, antigua residencia de la familia real.
Con una mezcla de estilos; gótico, renacentista, manuelino, incluso árabe.


Pero esta declarado patrimonio de la humanidad

Y dijimos adiós, en compañía de esta agradable señorita
Belem y sus pasteis de nata a lado de los Jerónimos, Cascais y su puerto de mar y Sintra con el colorido Palacio da Pena, son visitas obligadas, muy cerca de Lisboa y en tren.
Con mas de 500 fotos es difícil hacer un resumen así que me perdonareis si os parecen muchas.
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No podía faltar... desayuno en Barajas, con cafetito y churros.
Embarcando, viaje cortito.
Oporto 27 a 29 de Octubre
El tiempo... de todo, sol, nubes y chubascos.
La carretera, a veces, sobre el Duero.
Fachadas tradicionales.
La catedral, en una colina sobre el río.
Llegamos a la Ribeira del Douro.
Para navegar en un bonito rabelo de madera...
Recorriendo el río, para ver los seis puentes. Aquí el de Luis I.
Subimos a la parte alta...
Las vistas de Oporto, espectaculares.
En la otra orilla -Gaia- los barcos que transportaban las barricas.

Enfrente Oporto.
En la Rua Sta. Catarina, un bonito centro comercial.
Librería Lello & Irmao, donde no se rodó ninguna escena de Harry Potter.
Con su famosa escalera, imposible de verla sin turistas, su mejor negocio. 5€ la entrada

Tiendas de bolinhos de bacalao, para tomar.
Famosas tiendas de latas de conservas decoradas. Hoy en día turistizadas.


Torre campanario dos Clérigos.
Todavía queda algún tranvía antiguo.
Estacion de tren de Sao Bento, decorada con azulejos.
Bonita fachada, en la Rua das Flores.
Y por la tarde... visita y cata en la bodega Calem.
Oporto de noche, bien iluminado. Se respira tranquilidad a la orilla del río.

Las comidas, muy abundantes. Hay que tener cuidado al pedir. Bacalao excelente
Capela das Almas en en Rua Sta. Catarina. Toda la fachada de azulejo. Preciosa
El Pelourinho de Porto, donde colgaban a los criminales y la Logia de la catedral da Sé.

Nos sorprendió la visita, muy interesante.
El coro y el retablo del altar mayor.

Y despedida de Oporto para ir a Lisboa.
Lisboa, Belém, Cascais y Sintra 29 octubre a 2 noviembre
Preciosa la estación de Rossio, de noche.
Cafe A Brasileira, visita obligada.
Plaza de Comercio, enorme, con buenas cervecerías en los soportales.
Mercado da Ribeira. Ahora reconvertido en centro gastronómico.
Ya en Belém, Monasterio de los Jerónimos. Mucha riqueza.
Puerta del monasterio y, en la orilla, monumento a los descubridores

La famosa Torre de Belém. Sirvió como fortaleza, prisión, faro y centro de recaudación.

En Cascais, la Cámara Municipal.
Romántico, el Palacio Seixas.
Playa de los Pescadores y el moderno Hotel Baia.
Ya de vuelta, parada obligada en la Fabrica de Pastéis de Belém. Los originales.
¡Que estaban buenísimos!
Y después de cenar un chupito de Ginginha. (o sea Patxaran)
A la mañana, subida a la Alfama, en el mítico tranvía 28.
Para disfrutar de las vistas desde el mirador de Sta. Luzia.
Siempre rodeados de azulejos.
Y después de bajar a Sta. Apolonia y tomar un tranvía para Estac. Oriente...
llegar a la zona moderna de la ciudad, donde queda lo construido para la Expo 98
Todo muy cuidado y limpio
Al fondo, el puente Vasco de Gama.
El centro comercial Vasco de Gama.
Desde donde vemos la Estación de Oriente, de Santiago Calatrava.
De camino, paramos en la estación de metro de Olaias. Preciosa
En Alcántara, bajo el puente, LX-Factory, un centro alternativo de diseño y moda.
Todo muy moderno


Colmados de laterío, como eran antiguamente.
Y volvemos a Lisboa, al elevador da Gloria, para ver el Barrio Alto.
Preciosa Panadería
Y, una joya de bar... El Pavilhao Chines. Con cientos de colecciones de todo tipo.


Y una estupenda sala de billar, ¡en la que se permitía fumar!
A la mañana siguiente, derechitos a Sintra. Con buen tiempo, menos mal.
El famoso Palacio da Pena, del siglo XIX, antigua residencia de la familia real.
Con una mezcla de estilos; gótico, renacentista, manuelino, incluso árabe.
A mi me parece un poco pastelin para turistas...


Pero esta declarado patrimonio de la humanidad

Y ya en Lisboa, nos despedimos del Sr. Pessoa
Y dijimos adiós, en compañía de esta agradable señorita